Dentro de un mundo convulso, hay situaciones positivas las cuales nos complace dar a conocer aún más, tomando en cuenta que es nuestro deber respaldar y seguir paso a paso lo que realizan las escuelas formativas.
La historia de la Escuela de Fútbol Omar Zapata es realmente digna de admirar, hoy en día cientos de niños inician su sueño de ser futbolistas profesionales en ella.
Hace aproximadamente 32 años, Omar Zapata inició con un proyecto que tuvo como primer nombre ‘Estrellitas de Curime’; posteriormente cambió al nombre que ostenta actualmente.
Las razones para crear esta organización fueron muchas, pero hubo una en especial por la que Omar Zapata luchó para convertirla en realidad. ‘’Yo -hasta me dan ganas de llorar- me críe en una familia muy pobre, no tenía ni un par de tacos, crecí jugando a pata pelada y quiero tratar de cambiar la historia de muchos niños’’, afirmó el líder del proyecto.
Más que fútbol, el objetivo de la escuela es formar personas íntegras y con valores, que aprendan a luchar por sus sueños y sobretodo que sepan que son realmente valiosos. Detrás de esa inocencia de niños y adolescentes, hay situaciones complicadas las cuales se resuelven por dos horas -al menos- cuando hay partido o entreno.
Uno de los casos más admirables sin duda es el de Stacy Azofeifa, joven de 13 años que derrocha talento y demuestra una seguridad envidiable con el balón.
La habilidosa jugadora admite que es algo complejo actuar sin su extremidad superior izquierda, principalmente a la hora de cubrir la pelota. Más allá de eso, su pasión por el fútbol la ha llevado a ser ejemplo para sus compañeros y compañeras, por lo que desea mantenerse en las canchas el mayor tiempo posible.
‘’Yo creo que la pasión por lo que hago me ayuda a demostrarme a mi misma que puedo hacerlo’’, afirmó Azofeifa.
Otro de los casos, es el de los hermanos Núñez (Génesis y Juan) quienes con su humildad se roban el corazón de cualquiera. Ambos tienen un sueño en común: Conocer al futbolista del Deportivo Saprissa Marvin Angulo.
Los niños destacaron el apoyo de sus padres y aunque en ocasiones no habían tacos, los familiares de sus compañeros colaboraban.
‘’Somos muy unidos, cuando uno no tiene llega el papá de otro y apoya’’, expresó Génesis.
Y aunque en ocasiones no es fácil, los niños lo hacen ver así, por su actitud de coraje, por querer salir adelante, representar a la escuelita y soñar con un futuro mejor.
‘’Yo he llorado con niños aquí, tengo casos de pequeños que conocieron a sus papás en la cárcel, que viven con hermanos y otros que están mal económicamente, a ellos tratamos de rescatarlos para ponerlos a hacer deporte’’, señaló Omar Zapata.
Esto es un semillero, que gracias a grandes esfuerzos se ha mantenido, las colaboraciones han llegado y las ganas de trabajar permanecen todos los días, siendo esta organización una de las mejores en cuanto a formación de talentos se refiere.
‘’Yo quiero agradecer al Comité de Deportes porque nunca me han dicho que no, me han apoyado siempre, al igual que la UCR sede de Guanacaste’’, enfatizó Zapata.
Este es un claro ejemplo de que cuando se trabaja con pasión se logran grandes objetivos. La Escuela de Fútbol Omar Zapata de Curime no cobra mensualidad alguna y puede entrenar el niño que se apersone a la Plaza Rodríguez, escenario de quienes en unos años nos contarán sus historias de formación como futbolistas y seres humanos. Sinónimo de historia, ejemplo de esfuerzo.